Un año más se produce el cambio de hora. El último domingo de octubre finaliza el horario de verano con el que se retrasa una hora el reloj, a las 3.00 h serán las
2.00 h, para volver al horario de invierno u horario estándar.

El cambio horario se aplica en 75 países de todo el mundo, incluidos los 27 de la Unión Europea, y afecta a unos 1.500 millones de personas, que no es poco. Los países que se acogen son aquellos países que tienen menos horas de luz solar, es decir los que corresponden al hemisferio norte: Europa, Estados Unidos, Canadá y México (con alguna excepción), por el contrario, en el hemisferio sur prácticamente ningún país aplica este cambio horario.

La razón es un supuesto ahorro energético, sobretodo en el ámbito de la iluminación, pero no todos están de conforme a pesar de su obligatoriedad desde el año 1981. Los expertos coinciden en que el ahorro real en iluminación viene con el cambio a la tecnología LED.

El inicio del cambio de hora

La primera normativa efectuada sobre el cambio de hora data de inicios de 1918. Promovido por Alemania durante la Primera Guerra Mundial cuando se necesitaba un ahorro importante en el consumo del carbón. La idea fue copiada rápidamente por países vecinos, incluido España, la cual prescindió de este cambio horario a partir de los años 50. Pero fue en 1973, con el bloqueo de la OPEP, el embargo del petróleo árabe que derivó en la primera crisis mundial, lo que obligó a tomar medidas drásticas en cuanto ahorro energético, volviendo a aplicar el cambio horario sobretodo en EEUU y Europa. Fue en el 1981 cuando se aplicó de nuevo como directiva en toda la Unión Europea.

Hoy en día las organizaciones cuestionan los supuestos beneficios que comporta esta medida. Una de ellas es WWF, ONG ecologista que considera que el cambio horario no tiene ningún impacto sobre el ahorro y la eficiencia.

Cómo nos afecta

Existen tres “tipologías” de relojes (el biológico, el solar y el oficial) siendo el reloj biológico el que rige a las personas y a los animales. Es importante saber que los cambios de hora afectan seriamente a la salud produciendo trastornos ligados con la ansiedad, la depresión, el sueño, la digestión, el cansancio, la irritabilidad y falta de concentración, entre otros, lo que ocasiona un gasto sanitario que no compensa en absoluto.

El ritmo biológico circadiano, establecido por la luz solar y la oscuridad, también se ve afectado. Pues la luz solar no produce el mismo efecto durante la mañana, que activa el ritmo, que durante la tarde, cuando la luz es más suave y lo ralentiza.

Los que más sufren este cambio de hora son los niños y los ancianos y, se ha demostrado que también los sufren los animales de compañía de forma indirecta. Para sobrellevar este cambio lo recomendable es ir modificando paulatinamente los horarios de la comida y del sueño poco a poco.

Huso horario en España

La Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHE), informa de que España vive una hora que no le corresponde tras aprobarse el decreto en 1942 con el que el país adoptaba el horario de Berlín para estar en sintonía horaria con Europa, a costa de no estarlo con su meridiano natural.

En el año 1897, en la primera conferencia mundial sobre horarios, el mundo se dividió en 24 meridianos, correspondiéndole a Europa dos, el que pasa por Berlín y el que pasa por Londres. España está situada más cerca del meridiano de Londres, que atraviesa las tres provincias de Aragón, Castellón y Alicante, que del meridiano de Berlín. Por esa razón España debería tener el mismo huso horario que Canarias, Portugal e Inglaterra durante todo el año.

Solo hay el mundo dos países que viven en una hora diferente al huso horario que les corresponde según su correspondiente meridiano: España y Venezuela.

Un dudoso ahorro energético

No existe ningún estudio exhaustivo que demuestre un verdadero ahorro significativo que respalde este cambio horario dos veces al año.

Para las familias, el horario invernal hace que anochezca una hora antes y por lo tanto se enciendan las luces más pronto y, en el mejor de los casos, la hora de luz que se ahorra por la mañana se consume por la tarde. En los comercios el ahorro tampoco es evidente ya que su horario de apertura es sobre las nueve con lo que no disponen de ese ahorro. Las industrias, centros de salud, de educación, oficinas… no trabajan con luz natural por lo que el ahorro tampoco es tan evidente.

Según indica la Asociación de Consumidores Eléctricos (ANAE), tras el cambio al horario de verano, que se realiza el último domingo de marzo, se produce un brusco descenso del consumo energético, pero está más relacionado con el cambio de estación, la llegada del buen tiempo, las festividades, las actividades de exterior… que con el cambio de hora.

Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), organismo adscrito al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, difunde que el potencial de ahorro en iluminación por el cambio de hora es de un 5% del consumo eléctrico. Esto supone unos 300 millones de euros, de los cuales 90 millones corresponden al ahorro en los hogares españoles, lo que se traduce en un ahorro de seis euros por hogar solamente. El resto se corresponde a la industria y a la iluminación de edificios de servicios.

Se cree que este cambio de hora es más una inercia que se sigue aprovechando para concienciar a la población sobre el ahorro energético que un ahorro real en sí mismo.