La falta de información veraz, las ideas contradictorias, las estrategias de los competidores del mercado… entre otras cosas, hace que se tenga desconocimiento y dudas sobre la nueva tecnología LED. Y decimos “nueva” porque desde que surgiera el sistema de iluminación de diodos, hace más de una década, la situación a cambiado notablemente.

Desterrando falsos mitos:

  • Precio elevado: Es cierto que las primeras bombillas LEDs que se fabricaron era muy caras. Siempre sucede lo mismo cuando surge un producto nuevo al mercado. Los costos de innovación y producciones pequeñas hacían encarecer el precio final del producto. Pero actualmente la lámparas de LED son muy económicas gracias a la producción masiva y a los últimos avances.
  • No todos los LEDs son iguales a pesar de lo que muchos creen. Si bien es cierto que sistema de iluminación de la tecnología LED es la misma, hay gran diversidad de calidades. La durabilidad, potencia, lúmenes, materiales… no serán iguales en una bombilla de un 1,5€ que otra que cueste 3,5€. Es aconsejable leer bien las características del producto y confiar en marcas con buena reputación.
  • Inconvenientes de la luz azulada: La luz blanca/azulada o fría disminuye la secreción de melatonina “la hormona de la oscuridad” que es la que induce al sueño. No significa que sea una luz poco saludable, ya que en zonas de estudio, cocinas, hospitales, oficinas, naves, almacenes… es muy recomendada, pero se desaconseja en los hogares, áreas de descanso y dormitorios. De todas formas y para resolver este problema, los fabricantes de iluminación ya están comercializando LEDs sin diodos emisores de luz azul.
  • Sin emisiones magnéticos: Una lámpara LED emite campos magnéticos pero la realidad es que sus emisiones son enormemente inferiores a las emisiones que puede desprender la iluminación tradicional. Con la ventaja adicional de que las bombillas LEDs no emiten rayos UV, que las hace más saludables respecto a sus predecesoras.
  • Las bombillas LED no generan calor: Todo energía desprende calor pero la tecnología LED se calientan mucho menos que las tradicionales.
  • Las bombillas LED alumbran más: En realidad la cantidad de luz que emiten depende de la potencia, para ello hay que fijarse en los lúmenes. Lo que sí es cierto es que para obtener la misma cantidad de luz (lúmenes) se necesitan menos W (vatios), lo que también supone un ahorro.
  • Problemas con la contaminación lumínica: La falta de información sobre que nueva potencia es la recomendable, se tiende a elegir bombillas/lámparas con un exceso de lúmenes a los que realmente se necesitan, por eso luego hay demasiada luz que por la noche resulta molesta.
  • No se gastan: Se acaban gastando como pasa con todo, pero sucede de que el ciclo de vida es mayor a comparación de las tradicionales y en condiciones normales. Su durabilidad dependerá del uso, las condiciones ambientales y el trato que se le de a la bombilla. Tienen la enorme ventaja de que si se estropea alguno de los muchos diodos de luz, el resto pueden seguir funcionando perfectamente.